¿Despierto Otra Vez? Cómo tus Emociones Afectan tu Sueño
- Psic. Nicole Torres Menschig
- 12 feb 2024
- 3 Min. de lectura
Piénsalo: son las 2 a.m., y estás en la cama, revolviéndote. A pesar del cansancio, tu mente no para. ¿Te suena familiar? No estás solo. Esta experiencia, compartida por prácticamente cada uno de nosotros, tiene raíces diversas y, a veces, más profundas de lo que podrías imaginar. Profundicemos en cómo las montañas rusas emocionales de tu día a día podrían estar robándote el sueño.
Desregulación Emocional: El Núcleo del Problema
La desregulación emocional es como estar en una montaña rusa emocional sin cinturón de seguridad. Tus emociones fluctúan intensamente, y gestionarlas parece una tarea básicamente imposible. Te frustras, reaccionas de una forma que te hace sentir culpable…, todos hemos estado ahí. Este desafío no solo afecta cómo reaccionamos durante el día, sino también cómo descansamos por la noche. Un estudio revelador del 2020 en Frontiers in Psychiatry ilustra cómo esta inestabilidad emocional puede perturbar nuestro sueño, sugiriendo que la dificultad para regular las emociones negativas, como la ansiedad y la tristeza, puede activar nuestro sistema de alerta, manteniendo el cuerpo en un estado de tensión y vigilancia incompatible con el sueño reparador.
La Ciencia Detrás del Impacto
Cuando nuestras emociones están desreguladas, nuestro cuerpo responde como si estuviera en peligro, liberando hormonas como el cortisol, conocida como la "hormona del estrés". Esta respuesta al estrés prepara al cuerpo para "luchar o huir", no para "descansar y digerir". Un estudio del 2015 en Sleep Medicine Reviews destaca cómo esta activación del sistema nervioso puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, dificultando aún más el inicio y el mantenimiento del sueño.
Además, la rumiación, o la tendencia a dar vueltas a los mismos pensamientos preocupantes una y otra vez, es un síntoma común de la desregulación emocional que para muchas personas en el mundo moderno se cuela en la noche, interrumpiendo la transición natural hacia el sueño. La investigación sugiere que este ciclo de pensamiento negativo no solo prolonga el tiempo que tardamos en dormirnos, sino que también puede fragmentar el sueño, reduciendo su calidad general.
Rompiendo el Ciclo
La relación entre la desregulación emocional y el insomnio es bidireccional. Mientras que la desregulación emocional puede conducir al insomnio, la falta de sueño puede exacerbar la desregulación emocional, creando un ciclo vicioso difícil de romper.
Afortunadamente, hay luz al final del túnel. Aquí te dejo tres estrategias basadas en evidencia para ayudarte a navegar por estas aguas turbulentas:
1. La Magia del Mindfulness: La atención plena te enseña a vivir el momento, aceptando tus pensamientos y emociones sin juicio. Según un estudio del 2015 en JAMA Internal Medicine, el mindfulness no solo es una herramienta poderosa para gestionar el estrés diario, sino que también puede mejorar significativamente la calidad del sueño.
2. El Poder de la Relajación: Desde la respiración profunda hasta el yoga, las técnicas de relajación pueden ser tu ancla en momentos de tormenta emocional. Estas prácticas no solo calman la mente, sino que preparan tu cuerpo para un descanso profundo y reparador.
3. Terapia Focalizada en Las Emociones (EFT): La EFT puede ser una herramienta valiosa para aprender a conocer, gestionar e incluso resignificar tus emociones de manera más saludable.
Un Llamado a la Acción
Si te sientes atrapado en este ciclo de emociones intensas e insomnio, recuerda: hay esperanza y hay ayuda. Al tomar medidas para comprender y gestionar tus emociones, no solo puedes mejorar tu sueño, sino también tu calidad de vida en general.
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